Documenta Catholica Omnia
Non nobis, Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam


Index Verborum:     caverna


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Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos a un Religioso para Alcanzar la Perfecion

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos copiados por Magdalena del Espiritu Santo

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos por la Madre Maria de Jesus

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos procedentes de Antequera

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos recogidos por la edicion de Gerona

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Cantico Espiritual A

§ 34.4

Y a estos agujeros la convida él en los Cantares (Ct 2, 13­14) diciendo: Surge, propera, amica mea, speciosa mea, et veni, columba mea, in foraminibus petrae, in caverna maceriae, que quiere decir: Levántate y date priesa, amiga mía, hermosa mía, y ven en los agujeros de la piedra, y en la caverna de la cerca.

§ 34.4

Y a estos agujeros la convida él en los Cantares (Ct 2, 13­14) diciendo: Surge, propera, amica mea, speciosa mea, et veni, columba mea, in foraminibus petrae, in caverna maceriae, que quiere decir: Levántate y date priesa, amiga mía, hermosa mía, y ven en los agujeros de la piedra, y en la caverna de la cerca.

§ 36.7

Porque ésa es la pretensión y deseo de él, según también el mismo Esposo lo desea en los Cantares (Ct 2, 13­14), que, hablando con ella dice: Levántate, date priesa, amiga mía, y ven, paloma mía, en los agujeros de la piedra y caverna de la cerca; muéstrame tu rostro, suene tu voz en mis oídos, porque tu voz es dulce y tu rostro hermoso.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Cantico espiritual B

§ 1.10

Pero en esta vida mortal, aunque no llegará el alma tan a lo puro de ellos como en la otra, por más que se esconda, todavía, si se escondiere, como Moisés, en la caverna de la piedra (Ex. 33, 22­23), que es en la verdadera imitación de la perfección de la vida del Hijo de Dios, Esposo del alma, amparándola Dios con su diestra, merecerá que le muestren las espaldas de Dios, que es llegar en esta vida a tanta perfección, que se una y transforme por amor en el dicho Hijo de Dios, su Esposo; de manera que se sienta tan junta con él y tan instruida y sabia en sus misterios, que cuanto a lo que toca a conocerle en esta vida no tenga necesidad de decir: ¿Adónde te escondiste?

§ 35.4

Y fue que, metiéndole en la caverna de la piedra, que (como habemos dicho) es Cristo, le mostró sus espaldas, que fue darle conocimiento de los misterios de la Humanidad de Cristo (Ex. 33, 18­23).

§ 35.5

Porque a estos agujeros la convida él en los Cantares (2, 13­14), diciendo: Levántate y date priesa, amiga mía, hermosa mía, y ven en los agujeros de la piedra y en la caverna de la cerca; los cuales agujeros son las cavernas que aquí vamos diciendo.

§ 37.9

Que por eso él da su voz a ella, para que ella en uno la dé junto con él a Dios, porque ésa es la pretensión y deseo de él, que el alma entone su voz espiritual en jubilación a Dios, según también el mismo Esposo se lo pide a ella en los Cantares (2, 13­14), diciendo: Levántate, date priesa, amiga mía, y ven, paloma mía, en los agujeros de la piedra, en la caverna de la cerca; muéstrame tu rostro, suene tu voz en mis oídos.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Cantico espiritual CA

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Cautelas

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Dichos de luz y amor

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Epistolario

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Grados de Perfecciòn

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    La Subida del Monte Carmelo

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Llama de Amor Viva A

§ 1.1.23

Levántate, amiga mía, graciosa mía, y ven, paloma mía, en los horados de la piedra, en la caverna de la cerca; muéstrame tu rostro, suene tu voz en mis oídos, porque tu voz es dulce, y tu cara hermosa.

§ 3.1.18

Cuanto a la primera caverna que aquí ponemos, que es el entendimiento, su vacío es sed de Dios, y ésta es tan grande que la compara David (Sal. 41, 1) a la del ciervo, no hallando otra mayor a qué compararla, que dicen es vehementísima, diciendo: Así como desea el ciervo las fuentes de las aguas, así mi alma desea a ti, Dios.

§ 3.1.19

La segunda caverna es la voluntad, y el vacío de ésta es hambre de Dios tan grande que hace desfallecer al alma, según lo dice también David (Sal. 83, 3) diciendo: Codicia y desfallece mi alma en los tabernáculos del Señor.

§ 3.1.20

La tercera caverna es la memoria, y el vacío de ésta es deshacimiento y derretimiento del alma por la posesión de Dios, como lo nota Jeremías (Lm. 3, 20), diciendo.

§ 3.1.60

A estas potencias llama aquí el alma cavernas harto propiamente, porque, como sienten que caben en ellas las profundas inteligencias y resplandores de estas lámparas, echa de ver claramente que tienen tanta profundidad, cuanto es profunda la inteligencia y el amor, etc.; y que tiene tanta capacidad y senos cuantas cosas distintas reciben de inteligencias, de sabores y de gozos; todas las cuales cosas se asientan y reciben en esta caverna del sentido del alma, que es la virtud capaz que tiene para poseerlo todo, sentirlo y gustarlo, como digo, así como el sentido común de la fantasía es receptáculo de todos los objetos de los sentidos exteriores.

§ 3.1.62

Porque, hasta que el Señor dijo: Fiat lux (Gn. 1, 3), estaban las tinieblas sobre la faz del abismo (1, 2) de la caverna del sentido.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Llama de Amor Viva B

§ 0

Levántate, amiga mía, graciosa mía, y ven, paloma mía en los horados de la piedra, en la caverna de la cerca; muéstrame tu rostro, suene tu voz en mis oídos, porque tu voz es dulce y tu rostro hermoso.

§ 0

Cuanto a la primera caverna que aquí ponemos, que es el entendimiento, su vacío es sed de Dios, y ésta es tan grande, cuando él está dispuesto, que la compara David (Sal. 41, 1) a la del ciervo, no hallando otra mayor a qué compararla, que dicen es vehementísima, diciendo: Así como desea el ciervo las fuentes de las aguas, así mi alma desea a ti, Dios.

§ 0

La segunda caverna es la voluntad, y el vacío de ésta es hambre de Dios tan grande que hace desfallecer al alma, según lo dice también David (Sal. 83, 3) diciendo: Codicia y desfallece mi alma a los tabernáculos del Señor.

§ 0

La tercera caverna es la memoria, y el vacío de ésta es deshacimiento y derretimiento del alma por la posesión de Dios, como lo nota Jeremías (Lm. 3, 20) diciendo: Memoria memor ero et tabescet in me anima mea, esto es: Con memoria me acordaré, id est, mucho me acordaré, y derretirse ha mi alma en mí; revolviendo estas cosas en mi corazón, viviré en esperanza de Dios.

§ 0

Porque, hasta que el Señor dijo: Fiat lux (Gn. 1, 3), estaban las tinieblas sobre la haz del abismo (1, 2) de la caverna del sentido del alma; el cual, cuanto es más abisal y de más profundas cavernas, tanto más abisales y profundas tinieblas hay en él acerca de lo sobrenatural cuando Dios, que es su lumbre, no le alumbra; y así, esle imposible alzar los ojos a la divina luz, ni caer en su pensamiento, porque no sabe cómo es, nunca habiéndola visto.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Noche Oscura

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Otras del mismo a lo divino

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Que va por super flumina



Ad Principium

cautividad
cautivo
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